Se aspecto exterior es un tanto anodino en comparación con el monumental entorno en que se sitúa, la calle Latoneros nº 3, en la madrileña plaza de Puerta Cerrada y junto a la Plaza Mayor, Arco de Cuchilleros y la Cava Baja. Interiormente la cosa no cambia mucho, salvo por unas antiguas vigas de madera en el fondo del local.
Y ¿si no tiene nada destacable, porque está siempre hasta la bandera?, el misterio lo resolveremos de forma empírica, entramos, pedimos un vermout de grifo o un valdepeñas de la casa y la tapa que es su especialidad, una tajada de Bacalao Rebozado. En ese momento ya comprendemos todo, los mas de 100 años de historia y que los fines de semana este de bote en bote con turistas y paisanos.
Su existencia se remonta a 1902 y anteriormente, durante el siglo XIX estaba situada en la vecina calle Toledo, desde los años 70 esta en manos de Santiago, uno de los taberneros mas antiguos de Madrid, que anteriormente a esta, regentaba otra taberna en el madrileño barrio de Useras.
El bacalao tiene una fama merecida, la fritura esta en su punto y la materia prima es de primera calidad. También tienen para tapear unas excelente callos, torreznos y calamares en su tinta, todo ello de elaboración casera. El servicio es atento y rápido.
Ojo los callos solo los hacen los miércoles y los jueves a mediodía; viernes y sábado le toca a los calamares en su tinta, y los domingos a los torreznos.
Existe la discusión cual es el mejor «Soldadito de Pavia» (Nombre rimbombante del Bacalao Rebozado) si el de Casa Revuelta o el de Casa Labra; no pienso entrar en eso, paseando en 10 minutos llegas de una a otra taberna, así que juzga por ti mismo, es una excelente excusa para ir de tapas por la zona y luego comentarlo con tus acompañantes.